pablo

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martes, 11 de marzo de 2014

Capitulo final


Juanito no se atreve a tocar a Ian. Ian lo nota nervioso, siente como se estremece con una sola caricia y ese le llena. Sabe que se está metiendo en un lío pero le encanta estar profanando ese cuerpo.
 

Juanito disfruta sabiendo a Ian sobre él. Lo que más le excita es escuchar los gemidos de Ian mientras se viene. Se lo queda mirando hechizado mientras Ian tira el condón usado al piso. Juanito no puede decir nada. Está convencido que en cualquier momento

va a despertar.

--bueno ¿qué tal tu primera vez? Te has dado cuenta que no soy especial ¿no? Seguro que ahora te gusto menos.

Juanito no es capaz de articular ninguna palabra. Va murmurando que si es muy feliz, que si ha sido mejor de lo que soñó, que si es su príncipe.

 Ian disfruta siendo el primero, viendo como Juanito lo adora como si fuera un dios pero a la vez le da culpa porque lo ve demasiado enganchado. El guapo psicólogo acaricia la cabeza del desvirgado, la apoya contra su pecho. Juanito siente que podría morir en ese momento. Sólo le importa ese chico. Ha vuelto a nacer. Está en el paraíso. Aunque Juanito no es capaz de hablar, Ian siente su amor, su entrega. Se da cuenta que no ha sido sólo sexo y sabe que lo que ha hecho le puede traer problemas, que nunca debió meterse con un paciente. Quiere quitarle importancia al asunto pero sin herir a Juanito.

--pudo ser cualquiera.

Juanito tiene los ojos cerrados. Tímidamente, juega con los vellos del torso del bello psicólogo:

--No, eras tú. Sólo podías ser tú. En mi vida sólo estás tú. Ya no me importa nada.

Juanito tiembla, a Ian le dan miedo las palabras del chico.

--No hables así. En la vida hay demasiadas cosas bonitas para fijarse sólo en una. Yo soy la menos importante.

A Juanito le cuesta hablar. Va negando con la cabeza. Mira a Ian y lo mira enamorado. Lo mira como si fuera un héroe. Ian lo trata como a un niño. Le acaricia la cabeza.

--duerme, duerme.

--cuando despierte ya no estarás –dice Juanito triste.

Ian le sonríe. No quiere que Juanito se entere de su preocupación, de sus sentimientos de culpa.

--siempre me tendrás en tu piel y en tus pensamientos.

Juanito se queda profundamente dormido en brazos de Ian. El psicólogo espera un rato y cuando está seguro que no despertará, se lo saca de encima con cuidado. Agarra sus boxers. Tira el condón usado en el wáter. Mira a Juanito. No quiere sentir culpa. Le duele dejarlo solo, desnudo, indefenso. Enamorado. Quiere auto-convencerse que no es tan importante para Juanito.

--le has hecho un favor, sólo quería estrenarse.

Pensar así le hace sentir menos culpa. Se viste en silencio. No quiere mirar atrás. No quiere sentir pero se lleva la mirada de Juanito clavada en su alma, en su piel. Y eso lo lastima.

 

Juanito no tarda en despertarse. No le sorprende no encontrar a Ian.

--¿lo soñé?

Esas sábanas aún huelen a él. Las acaricia, las besa.

--No, no es un sueño.

Juanito se levanta desnudo. Esas sábanas son la prueba de que ya no es virgen, que Ian ha entrado en su cuerpo.

--Suyo, he sido suyo. Ha sido mío.

Sonríe. Llora. Juanito está en shock. No sabe qué sentir. No sabe si reír o llorar. Agarra esas sábanas. Siempre tendrá el olor de Ian con él. Se las guarda en su mochila. Ian ya no es un extraño para él. Ha sido el primer hombre en su vida pero Ian no está.

 

Juanito pasa días en un estado de éxtasis. Ni bien ni mal. No puede asimilar que se ha acostado con Ian. Cuando se da cuenta de la realidad, se hunde. No se puede conformar sólo con eso. Se la pasa llorando. Llora, abraza esas sábanas, mira las fotos de Ian. Pasa los días mirando las novelas del actor Pablo Martínez a quien le recuerda Ian. No tiene consuelo. En su desesperación, se acaba tomando todas las pastillas que tiene en casa con una cerveza.

 

(Mariano Martínez)
Ian, por su lado, tampoco ha podido olvidar a Juanito. Aunque ha estado en la cama con varios chicos. Ya no es lo mismo. No se le levanta. Es incapaz de volver a disfrutar del sexo. Sólo piensa en Juanito. No sabe si es culpa pero ya no le llena esas tardes de sexo loco que antes tanto le gustaban. Ya no disfruta como antes. Desnudo en la cama con un guapo hombre, se siente frustrado. Su guapo amante lo acaricia, se muestra comprensible.
--No te preocupes. Esto nos pasa a todos alguna vez. Para tu suerte soy activo y pasivo así que…
Ian lo mira con rabia.

--¡a mi no me toques¡

Ian se levanta desnudo y se empieza a vestir.

--¡oye yo no tengo la culpa que seas impotente, yo te quería hacer un favor. Si ya no sirves como activo lo tendrás que asumir¡

Ian piensa en lo vacío que es la relación con ese chico y en lo que lo llenó estar con Juanito.

 

Esa misma tarde, Ian va al despacho. Se reúne con todos los psicólogos que han participado en el estudio en el que ha formado parte Juanito. Los nota inquieto.

--¿qué ocurre?

--Es Juan del Pozo. Se ha intentado suicidar –le dicen.

Ian siente que se le va la vida. Tiene que hacer un esfuerzo para no llorar mientras le explican los detalles. Ian sabe que tiene la culpa, así lo siente y eso lo destruye. Ian está destruido. Se encierra en el baño y llora. Llora amargamente. Se mira al espejo, se grita. Se culpa de haberse metido en la vida de Juanito, se maldice.

 

Ian se dirige a la unidad de psiquiatría en la que está ingresado el chico. Juanito duerme, atado a una cama. Ian sufre por él. Lo acaricia. Llora. Juanito se despierta. Se sorprende al ver a Ian. Le duele verlo derrumbado, llorando. Juanito siente vergüenza. No quiere que Ian sufra, que se sienta culpable o que crea que lo hizo para llamar su atención. Quiere acariciarle las lágrimas pero no puede porque está atado.

--No llorés –le dice Juanito.

Ian seca sus lágrimas con la manga de la camisa. Se las traga y fuerza una sonrisa.

--¿cómo estás?

Juanito no dice nada. Ian se muestra cariñoso. Él mismo es quien lo suelta. Y lo abraza. Juanito se funde en un abrazo con él que disfruta más que en ese rato de sexo. Es su cariño lo que busca y no se cuerpo.

--perdóname. No te quise hacer daño –dice Ian triste.

A Juanito le conmueve el dolor de Ian.

--tranquilo, fui tan feliz que ya no necesitaba vivir más.

Ian le pone la mano en la mejilla. Es cariñoso con él pero también regañón:

--así no se solucionan las cosas. Debes querer vivir por ti.

Juanito agacha la cabeza. Le duele que su amado lo regañe. Ian le levanta la mirada. Lo mira con mucho cariño:

--Me hubieras arruinado la vida, no habría podido con la culpa.

Ian tiene las dos manos en cada una de la mejilla de Juanito y sin pensar lo besa. Es un beso de amor sincero. Ian sonríe pero Juanito se muestra distante.

--no quiero tu compasión.

Juanito está triste, apagado. Ya no es el ser inocente que conoció Ian pero lo siente vibrar. Ahora se da cuenta más que nunca que Juanito siente cosas por él, que no sólo buscaba sexo. Ian también está empezando a sentir algo por Juanito. No sabe que es pero no desea separarse de él, desea estar a su lado. Están los dos sentados en la cama. Ian le sonríe. Le agarra las manos con fuerza.

--No sé que me hiciste pero no he podido estar con otro.

--No te creo.

Ian se muestra pícaro:

--créeme, no se me levanta.

Ian no suelta la mano de Juanito. Desea que sepa que a partir de ese día podrá contar siempre con él. Con la otra le acaricia la mejilla con ternura.

--No soy un príncipe, no puedo hacer que tus sueños se hagan realidad pero sí intentarlo. Si tú me dejas.

A Juanito no le salen las palabras. Casi le da un infarto. Hace que sí con la cabeza. Ian no tiene claro lo que está haciendo, confía en que Juanito se acostumbre a tenerlo, se tranquilice. De lo que sí está seguro es de que sus destinos están unidos.

 

Dos años después…

Ian y Juanito están viendo como nace un bebé. La madre es una madre de alquiler y ni siquiera ve al bebé. Se lo entregan a la pareja. Los dos lloran. Juanito, con un look más moderno, abraza a Ian. Ian llora al tomar en brazos al bebé. Juanito acaricia a su amado muy dulce y dice:

--es tu hijo, Ian.

Ian llorando y con el bebé. Se gira para mirar a Juanito.

--mi hijo no. Es hijo de los dos aunque sea mi esperma el que lo engendró.

Los dos unen sus frentes. Juanito ha cumplido todos sus sueños. Tiene a su príncipe al lado y además a su hijo.

--gracias, gracias por hacerme tan feliz. Te amo –dice Ian llorando.

Juanito acaricia al bebé y besa al padre.

--gracias a ti por darme  vida.

Juanito acaricia tanto al padre como al hijo. Ellos dos son su vida, ellos le hacen feliz. Ian disfruta de esa caricia. Todos sus días son mejores desde que está con Juanito, para los dos lo son. La pareja mira al bebé y se sonríen. Son una familia, una familia feliz.

 

Capitulo 13


Juanito está temblando. No puede creer que esté pasando lo que le pasa. No puede creer que haya visto a Ian  desnudo, que ahora el chico esté delante de él. Ian se muestra amable. No se le enojado.
--¿te puedo decir algo? Ya sea como psicólogo y como amigo, en buena onda.
Juanito hace que sí con la cabeza.
--¿me recuerdas? –murmura tímido.
Ian le sonríe.
--perfectamente, ¿Juan, verdad?
Juanito hace que sí con la cabeza. Ian le pone la mano en los hombros. Le habla fraternalmente.
--aunque no estaba seguro que tú me hubieras visto.
--si, claro… --dice Juanito nervioso.
Ian le guiña el ojo simpático:
--es que como no me has mirado la cara.
Juanito se sofoca. Ian no parece enfadado pero Juanito se siente descubierto. Aunque deseaba hablar así de claro con Ian, ahora que ocurre está demasiado avergonzado. Es demasiado tímido.
--si miras así a todos los tipos te puedes meter en un lío. Permíteme que te dé un consejo, evita este tipo de situaciones. Puedes crear una situación tensa. No disimulas tan bien como crees y alguien se podría enojar contigo.
Ian es afectuoso. Trata de ayudarlo. Juanito se ruboriza, casi no puede hablar. Tartamudea.
--No, no. Si no miro.
Ian le sonríe tierno. Está convencido que es así con todos.
--si claro. Bueno, yo ya te di mi consejo.
Ian se iba a dar la vuelta. Juanito está demasiado excitado, tiene miedo, está nervioso pero no quiere perder esa oportunidad. Además no quiere que Ian piense que es un pervertido, que hace lo mismo con todos. Aunque sea verdad, aunque lo haya hecho con otros, desde que lo conoció a él, no piensa en nadie más.
--No es con todos. Tú eres especial.
A Ian le sorprende que Juanito se haya lanzado. Le hace gracia que sea tan tímido, parece que le va a dar un infarto. Se muestra muy amable.
--Eso lo dices porque te mueres de ganas de dejar de ser virgen.
Juanito agacha la mirada avergonzado. Ian siente que ha hablado de más.
--perdona, no debí decirte algo que me dijiste en la consulta. Mira Juan…
Juanito levanta los ojos. Lo mira. La mirada de Ian lo deslumbra.
--Juanito, me gusta que me digan Juanito.
--Mira, Juanito. Tal vez deberías pensar en solucionar tus problemas sexuales. No sé, tal vez yo podría ayudarte a que lo hicieras con seguridad. No sé pagando…
Juanito no lo deja seguir.
--¡no me vale cualquiera¡ ¡¡yo no busco sexo, yo busco a mi príncipe¡
--¿tu príncipe? –dice divertido.
Juanito hace que sí con la cabeza. Ian se ríe y a Juanito esa sonrisa lo enamora más que otra parte del cuerpo del guapo psicólogo.  A Ian le gusta que lo vea como a un dios. Ian le toca la mano. Le gusta sentirlo estremecer.
--Si he esperado tanto. No quiero hacerlo con cualquiera –dice Juanito.
No se atreve a decir que le gustaría hacerlo con él porque no quiere que Ian piense que busca sólo eso.
--¿en serio no lo has hecho con nadie? ¿no has tenido ningún tipo de contacto con nadie?
Juanito hace que no con la cabeza.
--eso me gustaría comprobarlo –dice  Ian sin pensar.
Por un momento cree que a Juanito le va a dar un infarto. Ian sabe que se está metiendo en un lío pero le encanta el sexo. No puede imaginarse lo que puede sentir un hombre ya mayor perdiendo la virginidad y le excita la idea de profanar ese cuerpo.
--¿vamos?
Juanito no da crédito a lo que oye.
--¿a dónde?
Ian se muestra muy amable.
--me gustaría demostrarte que no soy tu príncipe. No soy nada especial. Soy un hombre como los demás. Me olvidarás una vez obtengas lo que quieres y yo he estado con muchos vírgenes. Me encanta la cara que ponéis los virgencitos la primera vez que os la meten. Claro que nunca desvirgué a alguien de tu edad, debe ser interesante tu reacción. Eso sí, no debes hablar a nadie de esto.
Juanito no puede creer que esté entendiendo lo que entiende. Traga saliva.
--¿cómo?
Ian le guiña el ojo. Tiene miedo que el hombre se le desmaye en cualquier momento. Aunque Juanito es mayor que Ian, aún parece un niño.
--¿vamos? Tengo el auto acá.
Juanito mira el cuerpo del chico, recuerda lo que acaba de ver y casi se muere del gusto. A Ian le excita la cara de susto de Juanito. Juanito se siente como parte de un experimento y eso no le gusta pero está demasiado cachondo, Ian es demasiado guapo como oponerse. Tampoco le saldrían las palabras.
 
Van a un hotel cercano. Juanito no dice nada. Escucha a Ian que le habla de todo y nada. Sólo va mirando ese cuerpo pensando en qué momento va a despertarse. No puede ser verdad. Tanto que deseaba ver a Ian en esa ducha y ahora lo tiene ahí, desnudo. De pie ante él. Ian lo va tocando.
--No te desnudas?
--Es que… mi cuerpo es muy feo…
Ian le sonríe. A Juanito le tiembla la voz, el cuerpo.
--¿quieres que apague la luz?
Juanito hace que no con la cabeza porque quiere mirar bien a Ian. Ian le sonríe, le hace un gesto como diciendo ¿y entonces? Juanito se va desnudando con vergüenza. A Ian le hace gracia que, a sus casi 30 años, Juanito se comporte como si tuviera 15. Juanito se baja los bóxers mientras con una mano ya se tapa los genitales. La verga le ha crecido pero apenas es la mitad de la de Ian en reposo y eso lo avergüenza. Le gusta ver a Ian que se acaricia para hacerse crecer la verga. Ian agarra la mano de Juanito obligándolo a soltar sus pequeñas partes.
--si no te relajas no vas a disfrutar…
Juanito se tumba en la cama. Ian a su lado.
--¿seguro que quieres hacerlo?
Juanito hace que sí con la cabeza. Juanito trata de besar torpemente a Ian y a este le hace gracia.
--¿es que no sabes besar?
Juanito agacha la mirada. Ian le levanta la mirada.
--yo te enseño.
Ian le acaricia la mejilla mientras funde sus labios con los de Juanito que siente que está tocando el cielo.
Juanito es totalmente pasivo. No se atreve a tocar a Ian. Siente un gran dolor cuando Ian taladra su cuerpo con su gran miembro. Está demasiado nervioso como para sentir placer pero ya el sólo hecho de tener a Ian desnudo sobre su cuerpo ya le hace sentir placer. Juanito grita de dolor pero también de felicidad. No es sólo porque al fin está perdiendo su virginidad sino porque está ocurriendo con el príncipe con el que siempre ha soñado. Las emocionadas lágrimas de Juanito conmueven a Ian. Se da cuenta de su entrega y le excita estar siendo el primero.

Capitulo 12


Juanito se dirige a la piscina de su ciudad. Antes lo hacía más, más que nada por la posibilidad de encontrar un guapo en la ducha. Desde que conoció a Ian no había vuelto porque no le interesa nada más. Pero ese día nadando se colabora con los niños más desvalidos y Juanito siente que no puede fallar. Cuanto más nades pues más dinero la piscina da a la ONG correspondiente. Juanito entra sin ganas. Nada más lanzarse al agua siente un impulso de mirar hacia atrás. Cree que está soñando pero no. Lo ve sólo un segundo pero su corazón no lo miente. Es Ian y llevaba un pequeño bañador de lo que deja poco a la imaginación.
--¡no puede ser, no puede ser¡

Le da rabia no haberlo visto antes, haber disfrutado de ese cuerpazo en bañador.

--¡pero lo podés ver desnudo, boludo¡ --se dice así mismo lamentando los segundos que está perdiendo.

Está muy sofocado, quiere tranquilizarse para que el chico no se dé cuenta de sus intenciones y estás se vean frustradas. Juanito no puede creer que tenga a Ian a unos metros y que en esos momentos debe estar ya desnudo en las duchas. Hay individuales y colectivas.

--ojalá esté en las colectivas y me pueda duchar a su lado –piensa.

Juanito siente que el corazón se le va a salir por la garganta.

--¡mi sueño hecho realidad¡ –piensa.

Su sueño era volver a ver a Ian, revivir los momentos en los que lo conoció, que sea alguien en su vida pero tampoco puede obviar que el chico está muy bueno y que le gustaría mucho verlo desnudo. Ian entra ansioso a buscar sus cosas para ducharse. La respiración es entrecortada. No hay nadie en los vestuarios pero oye la ducha.

-¡es él¡ ¡¡es él¡ --dice al borde del infarto.

Mil veces se dice que debe calmarse o Ian se va a ir pero no puede calmarse. Está a pocos metros de poder ver al hombre más guapo del mundo completamente desnudo. Ian está en la primera ducha. No lo hace esperar mucho. Juanito tiene que ahogar un gemido. Por un lado lamenta que no esté en las colectivas, que no pueda verlo mientras se ducha. Le encantaría poder quedarse ahí mirando. Congelar ese momento. Se enamora de su culo. Es grande y muy peludo.

--¡tiene el culo perfecto¡ --piensa.





Como que Ian está de espaldas, Juanito se queda varios segundos hechizado de esa bella escena.  Mirando como Ian se da jabón en la cabeza y este desliza por la espalda, entre las nalgas, las piernas. Juanito está excitado. Nota como su verga va creciendo. Se tapa con la toalla por si Ian se gira y no se dé cuenta.

--que se dé la vuelta, que se dé la vuelta –va pensando.

Ahora que lo tiene tan cerca pero de espaldas, Juanito no quiere renunciar a verle la verga pero Ian no se da la vuelta y Juanito sabe que no puede ni debe quedarse ahí mirando aunque le gustaría. Se coloca en una ducha frontal. Le da vergüenza que lo vean desnudo y más con su verga creciendo pero quiere estar pendiente de cuando Ian salga de la ducha para ir tras él pero está demasiado cachondo así que vuelve a atrás como si quisiera mirarse al espejo pero nada. Disfruta mirando ese bello culo pero nada de la parte frontal. Vuelve a la ducha frustrado y aunque se dice que no debe volver a atrás es que no puede. Se siente demasiado solo y excitado e Ian le gusta demasiado como para perder esa oportunidad.

--podría acercarme, saludarle –se va diciendo.

Pero Juanito es demasiado tímido y tampoco quiere ser descarado. Ian está sintiendo el deseo de Juanito y le hace gracia.

--este gordito no va a dejar ducharme tranquilo –dice para sí—será mejor que le dé lo que busca.

 Justo cuando está delante de él, Ian se gira ante Juanito ofreciéndole el hermoso regalo que tanto estaba deseando. Dejando que, por unos segundos, Juanito disfrute con esa imagen que tanto ha deseado.

--¡que verga¡ ¡¡que verga¡ --piensa Juanito.

El chico está encantado de haber descubierto el secreto mejor guardado del psicólogo. El cuerpo de Ian ya no tiene secretos para él y eso es un sueño para Juanito. No puede creerlo. Siente que está al borde del infarto. Nunca pensó que se podría sentir tanto placer.

Aunque no es una verga gigantesca, no es pequeña. Tiene un buen tamaño y es muy gorda. Juanito no pierde detalle de ese momento que graba en su mirada y que está seguro que lo acompañará para siempre. Es una alegría que le viene muy bien y que la saborea con ganas. Le gusta ver a ese pedazo de macho desnudo en la ducha. Se mete en su ducha más tranquilo pero ansioso. Le gusta Ian y no es sólo un desnudo lo que quiere, le gustaría poder hablar con él pero no cree que le salieran las palabras. Juanito no tiene ganas de ducharse pero Ian se ducha tranquilamente.

--pero ¿¡cuándo piensa salir este hombre? –piensa Juanito.








Ve como sale de la ducha totalmente desnudo para tomar la toalla. Lo ve de lado pero le ve todo bien y Juanito no cree que pueda soportar tanto placer. Ian se pone la toalla en la cintura y entra en los vestuarios y Juanito tras él.  A Ian por un lado le molesta que Juanito no tenga bastante pero se muestra desnudo ante él tranquilamente. Juanito le ve desnudo esa verga pero no quiere ser descarado y se pone detrás de él. Así sólo le ve el culo pero no pierde detalles. Parece que Ian no lo recuerda y eso le pone mal. Le gusta ver como se pone los bóxers, los pantalones. Luego sí está ya frente a él, ve como se sube la cremallera. Ian luce torso musculoso. Peludo pero no tanto como el trasero. Juanito desea hablar con Ian, han compartido muchas cosas pero no le salen las palabras. Ian sale el primero.

--hasta luego –le dice.

Que le hable a Juanito le gusta tanto como haberlo visto desnudo.  La voz de Ian se le clava en el alma. Salta de alegría. Ha visto a Ian y además lo ha visto desnudo.

--¡es que mejor no me podía ir el día¡

Juanito sale muy contento. Hay una parada con productos benéficos. Ya que no ha nadado nada, Juanito se para a comprar algo. Está atendiéndole pero alguien que ya se iba vuelve a atrás y se choca con él. Es Ian.

--perdona –le pide Ian amable.

Ian comenta una cosa con el dependiente y se vuelve a ir dejando a Juanito deslumbrado. Después de verlo desnudo, le ha excitado escuchar su varonil voz, sentir su presencia. Tenerlo al lado un rato después de haber descubierto lo que esconde la ropa. Ha descubierto su secreto, es un momento que le ha encantado compartir con él chico. Está muy excitado y tiene ganas de quedarse a solas para masturbarse pensando en Ian. No quiere hacerse notar más y se va dejando a Ian atrás. Está metido en su mundo, saboreando el maravilloso momento que ha vivido. De repente una voz lo retiene y le hiela la sangre.

--oye, perdona.

Juanito no puede creer que Ian sea el que se dirija a él. No se atreve a girarse porque está seguro que se va a decepcionar. Ian se acerca a él.

--perdona que te moleste. ¿Te puedo decir algo?

Juanito se va girando y se encuentra con una tierna sonrisa que casi lo hace desmayar.

Capitulo 11

Diario de Juanito
21 de octubre.
Ya estoy acabando la terapia, estoy igual de mal que antes pero además con diez kilos de más (por si no estaba lo suficientemente gordo) debido al estrés que he sufrido en las sesiones y que calmaba tomando dulces de chocolate. Ahora comienza una nueva etapa, las evaluaciones y entonces sí es posible que vea a Ian. Sólo ese pensamiento me ha mantenido en pie.
 
  13 noviembre.
¡Mi sueño se ha hecho realidad¡ ¡¡he vuelto a ver a Ian¡ ¡¡Está tan bueno. Es que no lo recordaba tan buenorro. Cada día es más musculoso. Está refuerte. Casi me desmayo cuando se me acerca.
--¿Juan? Soy Ian –me dice dándome la mano.
Me habla como si fuera la primera vez que me ve. No lo veo tan cercano y eso me da pena. He disfrutado de su cuerpazo pero no de él y eso me da un poco de pena… pero sólo un poco. Está superbuenorro. La terapia ha estado infernal y muchas veces me han preguntado porque no la he dejado si lo pasaba tan mal. Este era mi secreto. Graban las sesiones y no era cuestión de hablar de Ian para que él se enterara. Hombre, me hubiera gustado hablar con él de ese tema pero no quiero dejarlo en ridículo. Está en su trabajo, supongo que habría mucho cachondeo si yo cuento algo así.
 
He ido detrás del buenorro de Ian poniéndome cachondo con su culazo. ¡Qué bueno está el tío¡ ¡¡Antes no estaba tan musculoso, seguro¡ ¡¡Estoy cachonda como una perra¡
 
La chica sí era otra (él me la presenta) y era esta la que estaba sentada delante de mi y la que llevaba todas las preguntas que eran de valorar mi estado para ver si había alguna mejora. Estoy peor. Ian sólo se me ha dirigido un momento para hacerme la pregunta del millón.
--¿has perdido el interés por el sexo?
Wow, Ian y yo hablando de sexo. Me he puesto cachondísimo. Estaba cortado por la chica. No sabía si preguntarle si masturbarse era sexo o no. La verdad es que me encantaría tener sexo con él y me he dado placer en solitario muchas veces pensando en él.
--bueno, es que en cuestión de sexo estoy igual que cuando nací.
Yo estoy nervioso y tampoco me atrevo a dar detalles. Él me mira afectuoso y amable.
--de acuerdo –me dice.
No dice nada más. Me hubiera gustado alargar más la conversación con él sobre ese tema.
 
Ella es la que está delante de mí. Él repasa papeles, me los da. Me pide que le deje el lápiz que tengo pues sólo tienen uno.
--¿Cuándo fue la última sesión de la terapia? –me pregunta.
Tengo que volver a hacer ese ejercicio que hice con él la otra vez frente a frente.
--¿te acuerdas como va?
¡¡y yo para qué le digo que sí¡ Tengo que ir poniendo puntuaciones. Siempre me han dicho que debo mojarme, no poner cuatro que es la mitad. La otra vez lo hice bien porque él estaba conmigo. Ahora estaba de más mal humor.
--No pongas siempre cuatro,
--No, si solo ha sido en estas de aquí que no sé que poner.
Él me sonríe y no dice nada. Va mirando papeles. Almenos sí es él quien se despide de mi.
--te queremos dar las gracias por seguir la evaluación. Aunque te comprometiste a seguir te agradecemos que vengas. Es muy importante para nosotros.
Me gusta mucho que un guapo, que él, me agradeciera mi esfuerzo. Salgo de la consulta eufórico. Yo que tanto me he quejado de lo mal que iba la terapia, me he encontrado una del grupo que sorprendida me dice:
--te veo muy bien.
Me tuve que contener pero es que no es para menos. Con Ian es imposible estar mal.
 
10 de febrero.
Ian ha subido una nueva foto. Me ha gustado pero he sentido una punzada en mi corazón. Me muero por  él, mi infelicidad me está matando y me tengo que conformar con tan poco. Además estaba con una chica y eso me ha puesto rabioso. No sé, me hacía gracia que fuera gay y el otro chico con el que estaba fuera el novio. Ahora no sé, igual la chica tiene el mismo primer apellido que él así que puede ser familia. Igual no creo que vuelva a ver a Ian. Bueno, igual la esperanza aún no la pierdo. En noviembre, justo cuando haga un año de la terapia tengo que volver, es para ver como sigo después del año. Pues fatal pero ¡¡que ganas de volver a verlo¡
Suerte tengo de los sueños. Ayer soñé con él dos veces. Es tan bonito estar con él aunque sea en sueños.

capitulo 10


Ian y Joaquín están los dos desnudos en el baño. Ian se ducha, Joaquín se afeita. Ian va frotando su atractivo cuerpo. El agua con jabón desliza por su torso, su vientre, sus genitales, sus piernas. Le va hablando a su primo.
--¿otra vez has quedado con Ignacio? Te lo estas tirando todos los días. Parece que la cosa va en serio.
Joaquín mira a su primo burlón.
--Con él tengo polvo asegurado.
--Pero a él le gustas.
--Ese es su problema.
Ian le salpica de agua y jabón.
--No seas así, yo lo veo ilusionado contigo.
--¿y desde cuando a ti te importa los sentimientos de las hombres?
Ian agarra una toalla. Sale de la ducha totalmente desnudo mientras se va secando.
--Yo les dejo claro desde el principio que no quiero nada serio con ellos y tú no lo estás haciendo.
--Yo no tengo la culpa que ni Franco ni los rubios quieran volver a vernos, y eso que los dejamos bien contentos.
Ian tira la toalla, se acerca a su primo. Los dos desnudos, los dos muy guapos. Los dos mirándose al espejo.
--Franco ya me llamará y los rubios pues son unas putitas, les gusta jugar con los hombres pero bueno nosotros la pasamos bien con ellos.
Joaquín sonríe con cara de pervertido.
--¡pero es que están demasiado buenos, yo quería todos los días con alguno de ellos¡
Ian le pone la mano en los hombros a su primo.
--Franco no puede vivir sin mi, ya llamará. Dale tiempo.
--El problema soy yo, los chicos quieren contigo pero no conmigo.
Joaquín pone cara de pena. Ian le acaricia la cabeza.
--pero eso es porque son mayores, ya conocerás a alguno que quiera estar contigo, que le gustes tú más que yo.
--al chico ese jovencito no le gusté mucho.
--a ti tampoco, por eso no hemos insistido. Dijiste que te gusta más Ignacio porque era más guarrilla. Pero tú tranquilo. Date tiempo a crecer.
--bueno pero de momento me vale los tuyos y mientras no me consigas otro polvo pues me divierto con Ignacio. Él está dispuesto a ser mi novio.
--¿y tú quieres?
--Me lo quiero coger todos los días. Si es con sexo diario pues claro que diré que sí.
--¿y si Franco aparece?¿y si consigo otros chicos?
Joaquín es tímido pero si está con su primo tiene confianza y además le gusta demasiado el sexo.
--¿Cuál es el problema de estar con dos chicos a la vez? Yo me quiero divertir como lo haces tú. No tiene nada de malo.
--Sí, es verdad pero no tiene sentido que te metas en un lío por un chico que ni siquiera te gusta.
--Uso condón, ¿qué me va a pasar?
--No juegues con sus sentimientos.
--Es que es el único chico que quiere conmigo.
-- Ignacio quiere contigo pero no juegues con él solo por sexo.
--A él igual le gustas tú, a mi me ve demasiado niño.
Ian lo abraza por los hombros. Lo trata con cariño.
--Si los dos tenéis claro que es un juego pues no pasa nada.
 
Pasa un día, Ian sale de su trabajo y sale a tomar una cerveza. A su lado se pone un hombre moreno muy guapo. No dejan de mirarse. Antes de irse, mientras está pagando, Ian lo mira y le dice:
--¿nos vamos a dar una vuelta?
--estoy con un amigo.
--pues que venga él también.
El chico acepta la propuesta. Sabe que lo que Ian busca es sexo. Ian sonríe con cara de depravado. Franco sale del lavabo. A Ian le da rabia que Franco esté con otro pero por otro lado, Franco accede a estar con los dos para demostrarle a Ian que ya no lo domina. Ian disfruta estando con esos dos. Aunque sí le cierto celos ver que hay complicidad entre los otros dos. Algo que él no ha tenido con ninguno de sus amantes.
 

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diario de Juanito: 20 de agosto

llevo a Ian metido en mis pensamientos. En mi alma, en mi piel, en mi sangre. No puedo seguir viviendo sin una ilusión de verdad. Sólo en sueños soy feliz, sólo en sueños vivo lo que jamás viviré, ser feliz. Tener a Ian a mi lado. Almenos sueño constamente con él. Tampoco es raro cuando sólo pienso en él.

 

*Ian pierde un partido. Se le ve frustrado, rabioso. Se acerca a mí. Detrás de mí se cambia. Se saca los pantalones, se le ve el culo desnudo en pompa un momento. Se sienta a mi lado muy simpático. Habla de sus hermanitos pequeños.

--¿tienes hermanos?

--No, me hubiera gustado.

--mejor para ti –dice guiñándome el ojo.

Yo me despierto excitado y triste por la interrupción.   Deseo volver a dormir para soñar con él. Por suerte lo logro aunque él sueño no continua. Es otro. Y no me puedo quejar.

Estoy con Ian y dos chicos más. Ian es un gamberro. Piensa que puede hacer lo que le da la gana. Yo lo riño y él se pone desafiante pero simpático.

--¿qué te apuestas que me meo en aquel coche? –dice Ian.

Nadie se lo cree. Yo lo miro con asco y no me acerco a ellos. Ian nos mira desafiante. Sus amigos están justo detrás de él. Se desabrocha los pantalones y se los baja un poco. Yo siente rechazo por lo que hace y deseo pero no me atrevo a acercarme. Sí le veo la rabadilla del culo, muy peludo. Me pone cachondo. Lamento no verle la verga como los que están cerca pero no me atrevo. Mientras mea Ian sonríe como diciendo yo soy así. Es una sonrisa que me derrite.

 

**Ian muy guapo en bóxer rojos grandotes. No marca. Yo soy igual que él y me ha atrapado su familia. Él sonríe con cara de travieso porque así podrá ocupar mi lugar.

 

Ahora sí me despierto  entre sudor.  Me hubiera gustado no tener que despertar, quedarme atrapado en ese mundo mágico con Ian, en ese mundo que tan feliz me hace.
****************
 
A las 6 de la tarde, Ian acaba su jornada laboral. Está cansado. Toma un café antes de irse pero como recoge mientras se lo toma se le cae encima de los pantalones.
--¡mierda¡¡
Como le quema y están manchados, se los saca. En ese momento entra el encargado de la limpieza.
--ah, perdone. No sabía que estaba aquí.
Ian lo mira muy pícaro. Le enseña los pantalones.
--Es que soy un torpe. Se me ha caído todo el café. El empleado  hace que se sofoca pero en realidad lo que estaba deseando era ver a  ese guapo medio desnudo. Es algo impresionante, Ian es irresistible. A Ian le gusta que el chico lo vea desnudo.
--Tranquilo, pasa. No me molestas. ¿Me ayudas?
Ian se queda un buen rato en calzoncillos. El chico hace que busca algo pero Ian sabe que lo único que busca es lo que él tiene entre sus piernas. Se muestra seductor. El hombre le moja los pantalones. A Ian ahora le da igual los pantalones. Lo que quiere es disfrutar de esa nueva conquista.
--¿quieres que vayamos a tomar algo? Conozco un sitio muy bonito --Ian.
--si claro.
El chico está ardiendo. Le gusta ver a Ian abrochándose los pantalones. Está muy excitado. Está deseando quitarle de nuevo esa ropa. Ian lo lleva al motel.
--¿tomamos una cervezas en el bar?
Él hace que sí pero en realidad no puede más. Lo besa. Ian es demasiado guapo y a Ian le gusta ser irresistible. Van directos a una de las habitaciones y fornican como bestias. Ambos se disfrutan mucho. A Ian le gusta que los chicos lo usen como un objeto sexual. Le encanta el sexo, le gusta divertirse y que se la pasen bien con él.